
Defensividad táctil: qué es y cómo se aborda desde la terapia ocupacional infantil
Cuando hablamos del desarrollo infantil, muchas veces prestamos atención a hitos como caminar, hablar o aprender a leer. Sin embargo, hay aspectos más sutiles que también influyen profundamente en el día a día de un niño. Uno de ellos es el procesamiento sensorial, y, dentro de este campo, la defensividad táctil es una dificultad muy importante a la que muchas familias se enfrentan sin saberlo.
¿Qué es la defensividad táctil?
La defensividad táctil es una hipersensibilidad del sistema táctil. Esto significa que el cerebro del niño interpreta ciertos estímulos táctiles, como el tacto ligero que para otros pasarían desapercibidos como molestos, incómodos o incluso dolorosos, activando mecanismos de rechazo y huida.
Un niño con defensividad táctil puede reaccionar de forma intensa ante situaciones cotidianas como:
- No tolerar etiquetas o costuras en la ropa.
- Evitar tocar ciertas texturas (arena, hierba, pintura, alimentos húmedos).
- Mostrar una reacción negativa o incluso agresiva al ser tocado por otras personas, incluso con contacto leve o inesperado.
- Evitar o pelear ante actividades como el lavado de pelo, cortar las uñas, cortar el pelo, lavar la cara…
- Rechazar juegos con otros niños cuando estos impliquen contacto físico o diferentes texturas, como por ejemplo una fiesta con espuma.
Estas reacciones no son simples “manías” o “mal comportamiento”, sino respuestas reales de un sistema nervioso que está teniendo dificultades para procesar correctamente la información táctil.
¿Por qué ocurre?
La defensividad táctil forma parte de los trastornos del procesamiento sensorial. A veces aparece de manera aislada, y otras como parte de diagnósticos como el trastorno del espectro autista (TEA), el TDAH, retrasos del desarrollo o situaciones de alta sensibilidad sensorial.
El cerebro recibe información a través de los sentidos, pero en estos casos, no logra filtrar, organizar ni responder adecuadamente a los estímulos táctiles.
¿Cómo ayuda la terapia ocupacional?
El rol de la terapia ocupacional infantil es clave para evaluar y tratar este tipo de desafíos sensoriales. Desde un enfoque centrado en el niño, teniendo en cuenta sus circunstancias personales, gustos, preferencias e información aportada por la familia, el terapeuta ocupacional evalúa y diseña intervenciones que buscan desensibilizar de forma gradual, crear un entorno sensorial seguro, favorecer la autonomía e independencia en sus actividades de la vida diaria.