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¿Qué es la escritura en espejo y cómo podemos trabajarla?

La escritura en espejo es un fenómeno que suele aparecer en las primeras etapas del aprendizaje de la escritura. Se manifiesta cuando los niños escriben letras, números o incluso palabras al revés o en dirección opuesta a la convencional. Un ejemplo frecuente es invertir letras como la “b” por “d” o escribir palabras completas de derecha a izquierda.
Aunque puede resultar preocupante para padres o docentes, la escritura en espejo es, en muchos casos, una etapa evolutiva normal. Sin embargo, si persiste más allá de los 7 años, podría indicar dificultades en el desarrollo de la lectoescritura, la orientación espacial, la memoria visual o la integración visomotora.


¿Cuáles son las causas de la escritura en espejo?

Este fenómeno puede estar relacionado con diversos factores:

  • Desarrollo neurológico inmaduro: El cerebro aún está organizando la lateralidad y el esquema corporal.
  • Confusión entre letras simétricas: Como la “p”, “q”, “b” y “d”.
  • Problemas de orientación espacial: Dificultad para identificar las direcciones (izquierda-derecha).
  • Falta de integración visomotora: El niño ve correctamente y puede mover la mano con precisión, pero no coordina ambas habilidades de forma adecuada.
  • Exposición a sistemas de escritura distintos: Por ejemplo, niños bilingües que aprenden idiomas con escrituras diferentes, como el árabe o el hebreo.

¿Cuándo debemos intervenir?

Es habitual que la escritura en espejo aparezca entre los 4 y 6 años. Sin embargo, si el niño continúa presentando este tipo de errores de forma constante después de los 7 años, es recomendable evaluar:

  • Su desarrollo visoespacial.
  • El conocimiento del esquema corporal.
  • El grado de definición de la lateralidad (mano dominante).
  • Su progreso en lectura y escritura.

¿Cómo podemos trabajarla?

El tratamiento dependerá de las causas específicas, pero algunas estrategias eficaces incluyen:

  1. Ejercicios de orientación espacial: Actividades con flechas y laberintos, juegos con instrucciones espaciales como “pon esto a la derecha” o “gira a la izquierda”.
  2. Actividades de esquema corporal: Juegos frente al espejo para distinguir derecha e izquierda, señalar partes del cuerpo en uno mismo y en los demás.
  3. Refuerzo visual de letras: Uso de letras con colores o texturas para diferenciarlas, asociación de cada letra con una imagen o palabra clave (por ejemplo, “b” de barco, “d” de dado).
  4. Trazado y caligrafía guiada: Cuadernos con líneas guía y flechas, trazado de letras en arena, plastilina o con los dedos sobre papel de lija.
  5. Terapia de lateralidad y grafomotricidad: En casos de lateralidad cruzada o no definida, realizar ejercicios específicos para consolidarla, actividades bilaterales que impliquen ambos hemisferios, como lanzar y atrapar pelotas con ambas manos.
  6. Lectura y escritura multisensorial: Métodos como el enfoque Montessori o el uso de técnicas visuales, táctiles y auditivas para reforzar el aprendizaje de las letras.

Conclusión

La escritura en espejo es una manifestación común durante los primeros años del aprendizaje y, en la mayoría de los casos, desaparece con la maduración.
No obstante, cuando se mantiene en el tiempo o afecta el rendimiento escolar, la intervención logopédica es clave para acompañar al niño en su proceso de desarrollo. Una detección temprana y un trabajo adecuado pueden marcar una gran diferencia en su evolución académica y personal.