
La importancia de la memoria de trabajo en el aprendizaje y cómo reforzarla en casa
A veces los niños parecen distraídos, olvidan las instrucciones o se frustran cuando las tareas se complican. Sin embargo, no siempre se trata de falta de atención: muchas veces el verdadero reto está en la memoria de trabajo, una capacidad mental que usamos constantemente sin darnos cuenta.
¿Qué es la memoria de trabajo?
La memoria de trabajo es una parte de nuestra memoria que nos permite mantener y manipular información durante un corto periodo de tiempo. Es la que usamos, por ejemplo, cuando escuchamos una instrucción como “ve a tu habitación, coge los zapatos y tráelos al salón” o cuando hacemos un cálculo mental.
Es una memoria “de aquí y ahora”: nos permite mantener datos en mente y manipularlos para pensar, razonar o tomar decisiones.
¿Por qué es tan importante para el aprendizaje?
La memoria de trabajo interviene en casi todas las actividades escolares y cotidianas.
Algunos ejemplos:
- Lectura y comprensión: permite recordar lo que se ha leído en frases anteriores para entender el texto completo.
- Matemáticas: ayuda a mantener los números o pasos en mente mientras se realiza una operación.
- Lenguaje oral y escrito: facilita planificar lo que queremos decir o escribir, organizar ideas y mantener la coherencia del discurso.
- Atención y seguimiento de instrucciones: es esencial para retener los pasos de una tarea y ejecutarlos en orden.
Cuando la memoria de trabajo no funciona de forma eficiente o está sobrecargada, los niños pueden parecer despistados, desorganizados o tener dificultades para acabar las tareas, aunque comprendan los conceptos.
Cómo reforzarla en casa
Aquí os dejamos algunas ideas sencillas y divertidas para practicarla en casa:
- Juegos de secuencias: “Simón dice” (añadiendo pasos cada vez más largos), repetir series de palabras, números o sonidos en orden, juegos de mesa que requieran recordar reglas o turnos.
- Lecturas con preguntas: Después de leer un párrafo, hacer preguntas sobre lo que acaba de ocurrir (¿Quién ha hablado? ¿Dónde estaban? ¿Qué pasó primero?)
- Rutinas con pasos: En lugar de repetir la misma instrucción varias veces, animar al niño a recordar los pasos por sí mismo (“¿Recuerdas qué había que hacer antes de salir de casa?”).
- Canciones y rimas: Aprender letras o rimas ayuda a ejercitar la memoria auditiva y la capacidad de retención secuencial.
- Visualización: pídele al niño a imaginar mentalmente lo que tiene que hacer (“Visualiza cómo te vistes por la mañana”). Crear imágenes mentales ayuda a mantener la información activa en la mente.
- Apoyos visuales: Usar pictogramas, listas o calendarios visuales ayuda a reducir la carga de la memoria de trabajo, permitiendo que el niño se concentre en lo más importante y favoreciendo la organización.
La memoria de trabajo es un pilar fundamental del aprendizaje y del desarrollo del lenguaje. Cuando se refuerza desde casa mediante el juego, las rutinas y la conversación, los niños ganan en autonomía, atención y comprensión.
Cuidar y entrenar esta capacidad es una forma sencilla y poderosa de acompañar su crecimiento.
