
Continuar en verano también suma (¡y mucho!)
El verano es sinónimo de descanso, sol, juegos y rutinas más flexibles. Para muchos niños y niñas, es un momento esperado del año, y también lo es para las familias, que agradecen el cambio de ritmo tras meses de actividades, tareas y horarios apretados. Pero lo que muchas veces no se tiene en cuenta es que el verano también puede ser una oportunidad maravillosa para seguir creciendo y avanzando en los procesos terapéuticos.
En esta etapa del año, sin la presión del curso escolar, muchos niños se muestran más relajados, disponibles y receptivos. Esto crea un clima ideal para trabajar de forma más tranquila, disfrutar del proceso y reforzar habilidades clave para su desarrollo.
¿Por qué seguir con las sesiones en verano?
🧠 Mayor aprovechamiento de las sesiones:
Sin el cansancio acumulado del cole, los niños llegan a sesión con más energía y ganas. Esto se traduce en mayor concentración y participación, lo que permite trabajar con más profundidad.
🧩 Consolidar lo aprendido:
El verano ayuda a asentar los logros del curso. La continuidad permite afianzar habilidades y mantener lo trabajado, algo fundamental en muchos casos.
🎯 Avanzar en nuevos objetivos:
Gracias al tiempo extra y la menor carga externa, es posible plantear nuevas metas o reforzar aquellas áreas que han costado más durante el curso.
🎨 Espacio para la creatividad y el juego:
En verano las sesiones se adaptan a un formato más lúdico, lo que favorece la motivación y el disfrute. Aprender jugando siempre funciona mejor.
🧘 Mantener rutinas saludables:
Seguir asistiendo a sesiones da estructura y estabilidad. Esto es especialmente beneficioso para niños que necesitan rutinas claras para sentirse seguros y autorregulados.
🔍 Iniciar procesos de valoración o diagnóstico:
Para las familias que se han planteado durante el curso empezar un proceso de evaluación, el verano es el momento perfecto. Hay más disponibilidad horaria, menos estrés, y es posible hacer una recogida de información más completa y serena.
🤝 Espacio de apoyo emocional:
El verano también puede traer cambios (vacaciones, separación de amigos, menos contacto social…), y contar con un espacio terapéutico ofrece contención y acompañamiento durante ese tiempo.
👨👩👧 Fortalecimiento del vínculo terapeuta-niño:
El ritmo relajado del verano permite profundizar en la relación terapéutica, clave para que los niños se sientan cómodos, comprendidos y con ganas de participar.
En definitiva, seguir en verano no significa renunciar al descanso. Significa aprovechar una época diferente para seguir avanzando, con calma, respeto al ritmo de cada niño y propuestas adaptadas a la estación.
Desde nuestro centro, os animamos a valorar esta posibilidad: seguir en verano puede marcar una gran diferencia, tanto para mantener lo trabajado como para dar nuevos pasos hacia sus objetivos.
Si estás pensando cómo organizar el verano o si es buen momento para empezar un proceso de diagnóstico, estamos aquí para orientarte y acompañarte. Juntos podemos planificar un verano que no solo sea divertido, sino también enriquecedor.